domingo, 11 de marzo de 2012

¿CÓMO ANDA TU CORAZÓN?

¿Qué sensación experimentamos cuando pasamos junto a una casa en ruinas?, tal vez sea la de tristeza, soledad, abandono. Recuerdo que cuando era niña, había una de aquellas casas a la que como niños, llamábamos la “casa abandonada”. Y efectivamente sus dueños la habían abandonado. Por las noches, recuerdo que resultaba sumamente escalofriante pasar por aquella casa, parecía como si tuviera vida, pero a la vez como si agonizara. ¡Qué diferente hubiera sido si sus dueños, no se hubieran marchado de allí!, si tal vez hubieran hecho algo para mejorarla, si le hubieran reparado y aplicado un poco de pintura, si hubieran sembrado algo de hierba frente a ella, y sobre todo si la familia se hubiera decidido a vivir, soñar y reír dentro de aquella casa. Nunca tal vez, hubiese recreado el cuento de miedo de algunos niños.
Muchas personas tienen sus vidas arruinadas. Así como aquellas casas, muchos han abandonado la fe, han dejado de sembrar semillas de paz, muchos han dejado que se despinte de sus vidas el amor y que se caiga a pedacitos la esperanza por un futuro mejor. Sus vidas arruinadas, producto de sufrimientos, han hecho que muchas personas sufran el abandono de sus seres queridos. Años de rencor han logrado desaparecer a los amigos más íntimos.
Amigo lector, Dios de ninguna manera desea que el hombre sufra, todo lo contrario Él ha destinado el corazón del hombre como su morada, es allí donde Dios y su Santo Espíritu anhelan habitar.
Una vida sin Dios, es como una casa abandonada y en ruinas, pero una vida con Dios es como una casa para estrenar todos los días, pues las misericordias de Dios son nuevas todos los días. La Biblia dice en 2ª Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Atrévete a estrenar una nueva casa, es decir, un nuevo corazón del que brote paz y amor y no tristeza y soledad.

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